Чайковский, deberíamos escribirlo sin la T inicial, que debió ser copiada del francés o del inglés, y ahora parece que queda mejor con ella. Posiblemente sea el compositor que más gusta a la primera cuando no se ha escuchado mucha música clásica y quizá sea por su genio melódico, por su romanticismo, o eso que pervive aún del romanticismo en nuestra sociedad de ultraconsumo, lo que tiene que ver con el deseo de amar y ser amado, con la aventura en el mundo, con los destinos contrariados, con el individuo como ser único y constructor de su futuro, con el sentimentalismo más o menos blando.
Es también el más occidental de los rusos del XIX (aunque él decía que era ruso hasta la médula), por su admiración por la música occidental (aunque no de la concepción wagneriana) y su rechazo del realismo de Músorgsky, con quien tampoco se llevaba bien.
Su carácter sensible y delicado estuvo marcado por tres mujeres, y su perfil psicoanalítico permite muchas (demasiado fáciles) interpretaciones. Su padre militar casado por segunda vez con su madre amadísima
Aleksandra ─que murió de cólera cuando Petia tenía 14 años─; su institutriz suiza Fanny Dürbach ("niño de cristal, planta de invernadero, creado para la música y el amor"), que le contaba leyendas heroicas y le hizo admirar la cultura francesa; y Madame von Meck, viuda muy adinerada de un industrial alemán, madre de 12 hijos, que fascinada por la música del compositor se convirtió en su mecenas y "mejor amiga" durante 13 años en los que nunca hablaron, pero se escribieron muchas veces.
Es también el más occidental de los rusos del XIX (aunque él decía que era ruso hasta la médula), por su admiración por la música occidental (aunque no de la concepción wagneriana) y su rechazo del realismo de Músorgsky, con quien tampoco se llevaba bien.
Su carácter sensible y delicado estuvo marcado por tres mujeres, y su perfil psicoanalítico permite muchas (demasiado fáciles) interpretaciones. Su padre militar casado por segunda vez con su madre amadísima
Aleksandra ─que murió de cólera cuando Petia tenía 14 años─; su institutriz suiza Fanny Dürbach ("niño de cristal, planta de invernadero, creado para la música y el amor"), que le contaba leyendas heroicas y le hizo admirar la cultura francesa; y Madame von Meck, viuda muy adinerada de un industrial alemán, madre de 12 hijos, que fascinada por la música del compositor se convirtió en su mecenas y "mejor amiga" durante 13 años en los que nunca hablaron, pero se escribieron muchas veces.
Intentando serenarse y buscar una estabilidad que su carácter triste y contradictorio y la falta de confianza en sí mismo le hacía difícil, acabó casándose en 1877 con la apasionada Antonina, desgracia que sólo duró tres meses.
Imaginad, si no lo sabéis, la principal razón de todo esto. Todavía hoy, en la Rusia del infame Putin, habría tenido problemas. Entonces todas veían a un hombre guapo, sensible y que componía una música "romántica", ensoñadora, y las mujeres creían que así sería el hombre. Pero la orientación sexual de Tchaikovsky estaba fuera de la ley, y de saberse habría perdido sus derechos civiles, sido humillado públicamente y deportado a Siberia (la esclavitud fue abolida en 1861).
Pero es difícil mantener los deseos sentimentales en secreto toda la vida, y parece que no se dio cuenta (o no pudo evitarlo) de que su atracción por el joven sobrino de un conde iba a terminar con su vida. Y literalmente, pues fue acusado de sodomía y perversiones sexuales (en secreto, dada su fama, y para no "manchar" las instituciones a las que pertenecía). Parece que un tribunal de "honor" de ocho hombres le pidió que se suicidase. Lo hizo con arsénico. La verdad oficial fue anunciada: víctima de la epidemia de cólera del momento (un vaso de agua infectada). Los funerales fueron pomposos y todos le lloraron.
Su música más conocida quizá sea la que escribió para ballets: El lago de los cisnes, La bella durmiente y El Cascanueces. En concreto, más que las partituras completas, las suites extraídas de ellas con los números más famosos.
Sus últimas Sinfonías: la nº4 en fa menor:
En su último movimiento puede verse cómo un tema cambia (Bernstein lo compara con un árbol frutal, desnudo en invierno, lleno de capullos y flores en primavera, y luego con cerezas, ciruelas o castañas) a partir de una antigua canción folclórica rusa "El pequeño abedul"). Se toca piano, forte, en diferentes tonalidades, con diferentes instrumentos (oboe, trombón), dos veces más lento o más rápido, siempre cambiando y sonando distinto. Podéis ver cómo se desarrolla este único tema, intentando seguir sus cambios.
Serenata para cuerdas:
y la Obertura 1812:
I. Pezzo elegiaco (Moderato assai - Allegro giusto)
II. (A) Tema con variazioni Andante con moto - (B) Variazione Finale e coda
Sexteto para dos violines, dos violas y dos cellos "Souvenir de Florence", opus 70:
Sus últimas Sinfonías: la nº4 en fa menor:
En su último movimiento puede verse cómo un tema cambia (Bernstein lo compara con un árbol frutal, desnudo en invierno, lleno de capullos y flores en primavera, y luego con cerezas, ciruelas o castañas) a partir de una antigua canción folclórica rusa "El pequeño abedul"). Se toca piano, forte, en diferentes tonalidades, con diferentes instrumentos (oboe, trombón), dos veces más lento o más rápido, siempre cambiando y sonando distinto. Podéis ver cómo se desarrolla este único tema, intentando seguir sus cambios.
También aquí podemos observar un curioso modo de construir: destruyendo. Tanto Tchaikovsky como Beethoven lo practicaron a menudo. Primero el tema lo trata por secuencias. Pero en lugar de añadir, lo rompe por la mitad y desarrolla sólo esa mitad. De nuevo vuelve a hacer lo mismo y se queda con esa cuarta parte y la desarrolla. Sólo quedan 4 notas, y las desarrolla en secuencias. Vuelve a cortarla y se queda con 2 notas, llegando a mínimos fragmentos, cenizas de música:
No te suicides nunca. Mira la oscuridad:
no sabes quién está tendiéndote una mano.
¿Recuerdas el invierno de luz en los cristales
y la complicidad de aquella música? '
Escucho la ´Patética´ y me veo
ansiando que la muerte de Joana
nos devolviera el orden y la felicidad
que creímos perder cuando nació.
Amor mío, Joana, la ternura
que deseé matar como a esos niños
que en las tragedias son una amenaza
para el futuro de los asesinos.
Mis manos, ¿cómo pude detenerlas?
Escucho la ´Patética´vencido
por el amor y el tiempo.
Hoy tengo su mirada, que ni Fidias
puso en estatua alguna. Son los ojos
que ya me han perdonado, de Joana.
Joan Margarit
Romeo y Julieta, (un ejemplo de desarrollo en forma de secuencia, repetir una serie de notas a una altura ─frecuencia─ diferente, van acumulando energía hasta que la música explota):
Serenata para cuerdas:
y la Obertura 1812:
Siendo buen pianista, nunca pretendió dedicarse a la interpretación y, salvo dos sonatas, sus obras son mayoritariamente piezas de corta duración, a veces de salón, agrupadas en ciclos, siendo el más importante de todos el titulado Las estaciones. Junio (Richter 1983)
Sus óperas La dama de picas y Eugenio Oneguin.
Tatiana: Que perezca, pero antes, con ciega esperanza llamo a la oscura felicidad, ¡el éxtasis de la vida reconozco! ¡Bebo la mágica poción del deseo, me siento acosada por el delirio! ¡Por todas partes, por todas, ante mí la tentación fatal! ¡Por todas partes, él está ante mí!¡Soy tuya! [...] Toda mi vida ha sido una promesa de este inevitable encuentro contigo; sé que Dios te ha enviado, ¡hasta la tumba serás mi compañero! Te me apareciste en sueños y aunque no te había visto, ya te amaba. Tu maravillosa mirada me cautivó... En mi espíritu tu voz resonaba desde hace mucho tiempo... No, ¡no había sido un sueño! Cuando llegaste, te reconocí al instante. Quedé estupefacta, y mis pensamientos lo proclamaban: ¡está aquí, está aquí! ¡No es verdad! Te había oído muchas veces antes... Habías hablado conmigo en el silencio, ¿cuando al pobre consolaba? ¿O cuando con rezos traté de hallar paz a mi angustia? Y en este instante, ¿no fuiste tú, visión amada, la que en la oscuridad se dejó ver momentáneamente? Anidando suavemente en mi almohada, ¿No fuiste tú, el que con amor, me susurró palabras de esperanza?
Sus obras de cámara son sólo 6, pero para mí tienen un valor indiscutible (casi siempre es donde los compositores son más libres y más íntimos) su Trío para piano y cuerdas, en la menor, "A la memoria de un gran artista", opus 50 (Barenboim, DuPré, Zukerman, 1972.):
I. Pezzo elegiaco (Moderato assai - Allegro giusto)
II. (A) Tema con variazioni Andante con moto - (B) Variazione Finale e coda
Sexteto para dos violines, dos violas y dos cellos "Souvenir de Florence", opus 70:
En esta carpeta están reunidas las obras de Tchaikovsky mencionadas (y algunas más).